
Cuando hablamos de terror ¿qué te viene a la mente? Miedo, angustia, vampiros, ovnis, vida intergaláctica… ¡zombies! Y a (🍳) que también Godzilla, Drácula, Jason, Chucky, Candyman, Hannibal o Freddy Krueger, pero nosotras no nos quedamos atrás, qué me dicen de Regan MacNeil, la Monja, Samara o Annabelle, pero y qué pasa con Darth Vader, Predators, Xenomorfo y… Cuthulu. Los trolls, gremlins, hombres lobo, niños endemoniados, de todo hay en la villa del señor. Sí, la lista es interminable y en este mes, previo a los días más ‘terroríficos’ del año compartiré una serie de post para hablarles del género del terror en literatura, el cine y más; además, tocaremos la línea que separa al terror de la ciencia ficción.
Este es el primero post del Serial “¿Qué piensas cuándo te pregunto de Terror?, que les tengo preparados ´para este mes, pues para quienes amamos la adrenalina, que vivimos las emociones a flor de piel y más cuando se acercan días clave como los “viernes 13”, “31 de octubre” y “1 de noviembre”, no, bueno, ya tenemos la lista de películas que veremos durante estos 31 y más días, con la decoración pensada y los disfraces listos; pero… ¿qué es el terror?
Pavor, pánico, horror, espanto, miedo o fobia son algunos de los sinónimos con los que describen al TERROR, que es definido por la Real Academia Española como: “miedo muy intenso” y, al miedo lo precisa como la «angustia por un riesgo o daño real o imaginario; recelo o aprensión que alguien tiene de que suceda algo contrario a lo que se desea».
En la literatura, consideramos terror a toda obra que se basa en el miedo como elemento central de la trama, mientras que la ciencia ficción trata de especular sobre el futuro, el espacio y lo todo lo que contiene o sobre elementos extraños, realidades paralelas, futuros distópicos y todo tipo de ¿y… sí?
El terror puede ser natural o sobrenatural. A menudo, la amenaza central de una obra de terror puede interpretarse como una metáfora de los grandes temores de una sociedad. Y es ahí, en donde surge este género literario que posteriormente salto al arte, a la música y, claro, a la pantalla grande.
Porque desde que surgió el hombre prehistórico, éste desarrollo un temor al fuego, a las inclemencias de la naturaleza, a los dinosaurios y otras bestias, es decir, a todo lo desconocido o lo que le cause incertidumbre. En la conciencia de las emociones surgió el miedo, mismo que con la aparición de la religión y el folclore, nacieron los conceptos de la muerte, la vida, el futuro, el mal, los demonios, el esoterismo, la reencarnación, manifestándose en figuras como brujas, magos, vampiros, hombre lobo y fantasmas.
Brevemente les compartiré que, en la mitología griega existen personajes como Prometeo una primera figura que manifiesta el bien y el mal, surgiendo de sus historias la famosa “caja de pandora” a la que Zeus había llenado de plagas, dolor, pobreza y crimen. Mientras que, Eurípides escribió obras basadas en la historia de Hipólito un hombre al que revivieron. Cimon de Plutarco describió el espíritu del asesino, Damon. Estos pudieran considerarse como los primeros personajes de historias de suspenso.
Para la Edad Media, la religión fue un vasto caldero de inspiración. Siendo Francia, uno de los países que más desarrollo la literatura, se encuentra un primer relato de los hombreS lobo, escrito por María de Francia y titulado Bisclavret, uno de los doce Lais (serie de poemas narrativos cortos) escrito en el siglo XII. Originalmente escrito en francés, cuenta la historia de un hombre lobo que está atrapado en forma de lupino por la traición de su esposa.

En esta etapa surge, Drácula que recuerda la historia del príncipe de Valaquia Vlad Tepes, que contribuyó en la cultura popular del terror en el siglo XVIII. Pero no es sino hasta 1764 que “El castillo de Otranto” de Horace Walpole, bajo la cultura gótica, es considerada la pionera del género, considerado así entre otros, por el gran H. P. Lovecraft:
“Los elementos constitutivos de las novelas góticas son: el castillo antiguo, con grandes jardines y lugares desolados, catacumbas ocultas y una multitud de fantasmas, cada uno con sus propias características que producen miedo. Además, las novelas góticas presentan el tiránico y malvado noble como villano; la delicada y frágil doncella en el papel de heroína, que es testigo de la mayor cantidad de eventos terroríficos y con la que los lectores se identifican y simpatizan; el glorioso y valiente héroe, siempre de familia noble, pero usualmente disfrazado como plebeyo; la convención de otorgar nombres extranjeros -usualmente de origen italiano- a los personajes; y toda una serie de elementos extraños […]”
Le sigue en la lista los “Misterios de Udolfo” escrita en 1794 por Ann Radcliffe, quien describe por primera vez el terror psicológico y físico, lo sobrenatural, la locura y las maldiciones heredadas de los antepasados.
Sin embargo, para Noël Carroll el género del terror inició con la obra de “Frankenstein o el moderno Prometeo” de Mary Shelley en 1818. Desde mi punto de vista, esta obra podría considerarse más bien, como la pionera de la ciencia ficción, pues cuenta con elementos como el discurso científico y tecnológico, la dualidad de la realidad, el tiempo, la vida, la muerte, mutaciones y utopía. Cabe indicar que, Carroll, tiene en su haber el libro “Filosofía del terror o paradojas del corazón”, uno de los más completos estudios críticos acerca de las estructuras formales, los aspectos ideológicos y la naturaleza del género de terror en el cine y en la literatura occidental.
Y será a mediados del siglo XIX a nuestra fecha que el género del terror cuenta con innumerables e insuperables representantes como Edgar Allan Poe, Robert Louis Stevenson, Oscar Wilde, Bram Stoker; además de Clark Ashton Smith, Carl Jacobi y August Derleth, estos últimos discípulos de H. P. Lovecraft, quien más que nadie desarrollo el terror cósmico. Para la década de los 70 y 80, tenemos a Stephen King, Anne Rice, Michel McDowell, Dean Koontz, John Saul, Shirley Jackson, entre muchos más.
Hay tanto que contar que dejaré un dato para nuestro siguiente post. En el celuloide no podemos olvidar que la primera obra de terror llevada al cine fue “La mansión del diablo”, dirigida e ideada por Georges Méliès en 1896 y del expresionismo alemán, “Nosferatu” de F. W. Murnau en 1922, pero fue “El Exorcista”, la historia que catapultó al terror a la pantalla grande, mientras que, “La guerra de las galaxias” y “Aliens”, fueron quienes abrieron la puerta completa a la ciencia ficción.
¡La hora del terror… ya llegó!