
Quién hubiera pensado la relevancia que hoy en día tiene la tesis de Abraham Maslow, quien en 1943 acuñó el concepto de “motivación humana”, y digo hoy en día porque derivado de los cambios laborales a los que nos ha impulsado el confinamiento por la pandemia mundial del COVID-19 y siendo el home office una de las alternativas para continuar la actividad de las empresas o negocios, promover y mantener la motivación entre los empleados representa un reto para no perder el control y el equilibrio que permita obtener el máximo rendimiento y conseguir así, los objetivos marcados por la organización.
No expondremos teorías de antaño, más bien, dejó aquí un tema de reflexión del cómo ha evolucionado el tema y la importancia de la motivación laboral en tiempos de incertidumbre y cambio, más allá de las políticas y normas de las empresas u organizaciones; de cómo esta teoría es aplicable al mundo empresarial actual teniendo en mente que la comunicación juega un papel importante e inherente a la motivación del ser humano.
Y es que, para cualquier persona estar motivado es tener esas ganas que nos impulsan a querer conseguir algún objetivo y satisfacer nuestras necesidades. Por lo que trasladar este estímulo a la esfera laboral, será clave del éxito y de la obtención de los máximos beneficios administrativos y económicos de las empresas.
Ante los cambios que estamos vivenciando por la pandemia, las emociones y sentimientos están a flor de piel y, en algunos casos, desbordados, por lo que el reto de las empresas será incentivar programas de motivación que incluyan algunas de las siguientes recomendaciones:
1. Generar seguridad: Las garantías de una empresa están en sus políticas. Incentive un buen clima laboral, establezca cargos bien remunerados y cumpla a cabalidad sus normas.
2. Aportar conocimiento: La monotonía en el trabajo es un difusor de entusiasmo. Estimule la innovación, ofrezca dinámicas diferentes y refuerce la formación profesional y personal.
3. Establecer retos: Otorgue objetivos altos razonables, ya que esto demostrará su confianza en las capacidades de sus colaboradores.
4. Reconocer el trabajo: Gran parte del desarrollo emocional del personal se ve beneficiado si se celebran las buenas prácticas y el trabajo en equipo. Felicite de forma individual y colectiva.
5. Otorgar autonomía: Lo ideal es evitar las imposiciones, ya que siempre existen opciones de mejora. La tarea del líder es orientar a su equipo, así que realice seguimiento.
6. Ofrecer crecimiento: Los seres humanos buscan progreso, por lo que debe fomentar posibilidades de escalar en la empresa u organización, ya sea en la misma área o en otras.
De esta forma, se incentivará un ambiente laboral sano, aún, bajo el esquema del home office, y como líder o miembro de un equipo, será trascendental desarrollar una eficiente inteligencia emocional separando lo personal de lo laboral, estableciendo pocas y delimitadas tareas que permitan el cumplimiento de cada uno de los objetivos que tengamos por cumplir en nuestro plan de trabajo.